viernes, 29 de junio de 2007

Adicción ¿Qué es adiccion?

Adicción y enfoques para tratarla

En esta página encontrarás en primer término algunas definiciones de la palabra adicción que son de gran utilidad para evidenciar esa coexistencia de mundos derivados de nuestras creencias específicas al respecto. Con ellas se pueden comprender mejor los distintos enfoques para tratarla que se resumen después. Además tenemos un documento exclusivo sobre las ONGs y la rehabilitación de las adicciones.

Definiciones y conceptos del término adicción

Según la Organización Mundial de la Salud
Institución de la Organización de las Naciones Unidas

Adicción: Estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetido de una droga, natural o sintética, caracterizada por:
Una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio.
Una tendencia al aumento de la dosis.
Una dependencia psíquica y generalmente física de los efectos.
Consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad.

(Serie de Informes Técnicos, ONU, números 116 y 117, 1957.)

Según la American Psychiatric Asociation - Asociación de psiquiatras estadounidenses

Dependencia a una sustancia: Patrón mal adaptado de abuso de una sustancia que produce trastornos o dificultades físicas importantes desde un punto de vista clínico, siempre que se manifiesten tres (o más) de los factores abajo expuestos en cualquier momento, dentro de un periodo de 12 meses:

1. Tolerancia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Necesidad de consumir una cantidad notablemente superior de la sustancia a fin de conseguir la intoxicación o el efecto deseado.

b) Efecto marcadamente menor con el uso continuo de la misma cantidad de una sustancia.

c) Consumo de una sustancia (o en su defectoo, otra de la misma clase) a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

2. Abstinencia, definida en cualquiera de los siguientes términos:

a) Síndrome de abstinencia característico de la sustancia.

b) Consumo de una sustancia (o en su defecto, otra de la misma clase), a fin de evitar los síntomas de abstinencia.

3. Consumo de una sustancia a menudo en grandes cantidades o durante periodos de tiempo más largos de los pretendidos inicialmente.

4. Existencia de un deseo persistente o de esfuerzos inútiles por reducir o controlar el uso de la sustancia.

5. Empleo exacerbado del tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.e.acudir a muchos médicos o conducir largas distancias), su consumo (p.e. fumar encadenadamente) o la recuperación de sus efectos.

6. Abandono o reducción de actividades importantes de carácter social, ocupacional o recreativa derivadas del uso de la sustancia.

7. Consumo continuado de la sustancia a pesar de conocer la existencia de un problema persistente o recurrente, ya sea de índole física o psicológica, que con toda probabilidad ha sido motivado o exacervado por la sustancia (p.e. el consumo habitual de cocaína, independientemente de saber que produce depresiones, o el consumo continuado de bebidas alcohólicas a pesar de saber que ello empeora una úlcera).

Se diagnosticará abuso de una sustancia con dependencia fisiológica si hay pruebas que demuestran la existencia de tolerancia o abstinencia.

Se diagnosticará abuso de una sustancia sin dependencia fisiológica si no hay pruebas de la existencia de tolerancia o de abstinencia.

(American Psychiatric Asociation 1994)

Según Josep María Fericgla
Antropólogo y terapeuta catalán, autor de Al trasluz de la ayahuasca, Los chamanismoa a revisión y varios libros más.

Para mí no existe la adicción. Bueno, existe una adicción física, que es una cosa muy fácil de resolver, incluso a sustancias consideradas altamente adictivas como opiáceos, heroína, morfina y estimulantes como cocaína y anfetaminas. La persona más adicta en diez días su cuerpo está limpio. Y luego está lo que se llama adicción psicológica, que todas las personas que tratan toxicómanos dicen, "esto es el problema, la adicción psicológica". Pero para mí esto no existe, es sólo una manera de hablar. Lo que realmente hay, en términos más estrictos desde el punto de vista descriptivo, son comportamientos compulsivos. O sea comportamientos que a la persona algo le obliga a hacerlos incluso dándose cuenta de que van en contra de sus propios intereses, que la hieren esos comportamientos, pero no puede evitar hacerlos, ¿no? Esto es un comportamiento compulsivo. Y todo comportamiento compulsivo es lo mismo, en el fondo da igual si es al sexo, a las máquinas de echar monedas, alguna sustancia psicoactiva, el trabajo, una secta, da igual. Bueno, por supuesto que no da igual, vamos, pero desde un punto de vista un poco más elevado que el comportamiento inmediato, lo importante es el comportamiento compulsivo, no a la cosa a la que está enganchada la persona. Entonces todo comportamiento compulsivo lo que hace es estar llenando algún vacío interior de la persona, emocional, existencial, depende. [...] Entonces la adicción lo que hace es llenar el espacio de este vacío interior, y lo que hay que hacer no es cortar con la adicción; por eso las terapias conductistas no funcionan, o funcionan en un 3 por ciento de los casos, que es como decir que no funcionan, sino que lo importante es descubrir qué es el vacío de cada persona, de dónde surgió el vacío. Y entonces que lo llene, digamos, si es un vacío existencial, o del sentido de la vida, o emocional, o de falta de protección o algún trauma de abandono, lo que sea... Entonces en cuanto la persona lo pueda llenar, automáticamente dejan el comportamiento compulsivo porque ya no tiene espacio.


Según Antonio Escohotado
Jurista y filósofo, autor de Historia General de las Drogas y otros libros al respecto

Lo que distingue a toxicómanos y toxicólogos no es un diploma u otro, sino rechazar o asumir el desafío de la libertad y conocimiento inherente a la ebriedad -cualquier ebriedad-, pues rara vez se enfrenta el ser humano a la ética y a la estética como cuando decide entregarse a algún modificador del ánimo. El programa antiguo de la sobria ebrietas, inmodificado durante milenios, partía de dichos presupuestos y aseguró un uso sencillamente responsable, voluntario, de todas las drogas conocidas por cada cultura.

La situación actual es distinta, desde luego. Toxicólogos son los expertos en drogas que jamás han probado droga alguna, quizá porque si las probasen enloquecerían de placer -pidiendo al mundo tan solo una nueva dosis cada pocos minutos-, o bien caerían en en un agudo síndrome homicida/suicida. Toxicómanos son los que toman drogas ilegales, con mayor o menor ingenio. Hay por último la categoría de víctimas o piltrafas morales, donde no se encuentran los envenenados por el mercado negro sino quienes confirman puntualmente el sermón inquisidor farmacológico, y a la vez que mendigan nuevas dosis, cada minuto caen en el síndrome homicida/suicida. Convenientemente rehabilitadas, las víctimas se transforman en toxicólogos-pedagogos, brújulas para las nuevas generaciones. También en cruzada contra la magia fue necesario echar mano de brujas y brujos "arrepentidos", para hacer frente con eficacia a aquel inmenso mal. ¿Quién hubiera podido profetizar que el inmenso mal cesaría, como por ensalmo, cuando se reconoció el derecho a practicar actos mágicos, en público o en privado?

("Prólogo" de MDMA o el éxtasis químico, Los libros de la liebre de marzo, Barcelona, 1995.)

Según Narcóticos Anónimos
Organismo cívico internacional inspirado en Alcohólicos Anónimos

¿Eres adicto? La mayoría no tenemos que pensar dos veces esta pregunta. ¡Conocemos la respuesta! Toda nuestra vida y nuestros pensamientos giraban, de una u otra forma, en torno a las drogas, cómo obtenerlas, cómo consumirlas y el modo de conseguir más. Vivíamos para consumirlas y las consumíamos para vivir. En síntesis, una persona adicta es aquella cuya vida está controlada por las drogas. Estamos en las garras de una enfermedad crónica y progresiva que nos arrastra invariablemente a los mismos lugares: cárceles, hospitales y la muerte. Sólo tú puedes contestar esta pregunta. Es posible que no te resulte fácil. Mientras consumíamos, siempre dijimos que podíamos controlarnos. Aunque al principio fue cierto, ahora ya no lo es. Las drogas terminaron controlándonos a nosotros. Vivíamos para consumirlas y las consumíamos para vivir. Un adicto es simplemente una persona cuya vida está controlada por las drogas. Quizá admitas que tienes problemas de drogas, pero no te considerabas adicto. Todos tenemos ideas preconcebidas acerca de lo que es un adicto.

Según Domingo Díaz
Abogado mexicano y terapeuta de apoyo en casos de adicción

Es un círculo vicioso que nace de una carencia y se convierte en círculo porque a través de esa carencia se consumen productos que modifican o alteran tus emociones, tus sensaciones, tus estados de ánimo y obviamente al modificar esas emociones te encuentras percibiendo el mundo de otra manera. Pero todo tiene un efecto, una duración y al momento en que empieza a bajar el efecto de esa droga, empieza a reaparecer nuevamente esa situación desagradable de tu vida, esas cosas que conscientemente no puedes remover o equilibrar, y obviamente cuando das esa bajada vuelves al estado inicial en el que encuentras ese estado tan terrible, tan desesperante de soledad, angustia, aflicción... de tantas cosas que traes ocultas en la mente que nunca puedes comprender. Y estando en el estado inicial obviamente ahí muere y nace el círculo vicioso que te da la necesidad de volver a subirte a tomar o ingerir o a fumar o hacer cualquier situación que te permite abandonar ese estado de conciencia desagradable, y obviamente al volver a consumir, pues vuelves a modificar nuevamente tu estructura emocional, mental y es así sucesivamente y esto continúa por mucho tiempo. [...] La carencia fundamental es la falta de amor. Estoy convencido que todas las personas que se aman a sí mismas y que se sienten amadas no tienen ninguna necesidad de meterse nada. Cuando tú no te conoces, es cuando usas drogas. Hasta para fumar tabaco, no te estás conociendo, no sabes porqué lo haces. Ningún fumador sabe porqué lo hace, ningún adicto sabe porqué lo hace, sencillamente es una necesidad que ni siquiera ellos conocen. Esa carencia es la falta de amor.

Según Jonathan Ott
Farmacólogo estadounidense, autor de Pharmacoten y otros libros

En mi opinión, estos mismos conceptos ("abuso de drogas" o "toxicomanía") no sirven para explicar este fenómeno, pues no se puede hablar de tratarlo médicamente, porque no estamos hablando de una enfermedad sino de un comportamiento normal, estadísticamente, históricamente y culturalmente hablando, y que no se confina a la especie humana. En mi opinión la psicología o la psiquiatría no son el lugar para buscar ideas para tratar un fenómeno así. Yo pienso que la psicología o la psiquiatría en sí son otra religión -terapéutica- con sus dogmas y todo lo que conlleva una religión, y pienso que por ahí no va la cosa; lo que llaman "abuso de drogas" no es algo que tenga que ver con la psicopatología.

(Entrevistado por Juanjo Piñeiro para su libro: Psiconautas, exploradores de la conciencia, Los libros de la Liebre de marzo, Barcelona, 2000)

Según R. M. Chokhan
Médico del Instituto de Investigación Vipassana en la India

El deseo veemente (tanha) es la causa raíz de todo comportamiento adictivo; la gente no sólo se vuelve adicta a las drogas, sino a muchas otras cosas. De hecho la palabra "adicción" deriva de un término legal romano; "adiccionarse" significa "darse a un maestro o esclavo". La palabra fue subsecuentemente anglizada y usada para describir el comportamiento de un individuo cuando está habituado y obsesivamente ha rendido el control de su vida a una experiencia, a una sensación o actividad particular. Es entonces este deseo veemente el que necesita ser directa y adecuadamente abordado, para que haya un verdadero remedio...

(Drug addiction and Therapy: A Vipassana perspective, Vipassana Research Institute, Maharashtra, India)

Enfoques para tratar la "adicción"

Así como hay distintas definiciones y conceptos acerca de la adicción, existen también distintos enfoques para tratarla. En este apartado las distintas opciones terapéuticas se han dividido en tres categorías: enfoques oficiales, enfoques cívicos y enfoques alternativos u holísticos. La diferencia entre ellos no sólo está dada por la procedencia gubernamental, cívica o privada de sus fondos, sino por la presencia o ausencia de la dimensión espiritual en el tratamiento de la adicción. A continuación se ofrece una explicación general de cada enfoque seguida de algunos ejemplos en los que se puede apreciar mejor la dinámica de los mismos.

Adicción: Enfoques oficiales

Las características más notable del enfoque oficial consiste en la consideración de la adicción como una enfermedad con repercusiones sociales y de transgresión judicial en la mayoría de los casos. El adicto es pues, un enfermo capaz de afectar o poner en peligro a los demás miembros de la sociedad y muchas veces también es un delincuente, pues resulta obvio que si es adicto a una sustancia sujeta a control internacional, de una manera u otra ha transgredido reiteradamente las leyes imperantes para conseguirla. Así pues, el enfoque oficial se desprende directamente de la definición de adicción dada por la Organización Mundial de la Salud, según la cual, toda adicción trae consigo "consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad".

Desde esta óptica, las entidades oficiales dedicadas al tratamiento de adicciones son instancias donde el poder jurídico envía a los transgresores de la ley cuya enfermedad pone en riesgo su propia salud y la de la sociedad, para que reciban un tratamiento que les permita reinsertarse sin causar más problemas. El resto de las personas que reciben tratamiento en una clínica oficial, solicitan su ingreso voluntario, acceden presionados por sus familiares o llegan canalizadas por parte de otro tipo de instituciones estatales de asistencia social y sanitaria.

De todo ello se desprende que las instituciones oficiales, después de ofrecer un tratamiento médico de desintoxicación en los casos de adicciones físicas severas, continúen con una terapia de ayuda psiquiátrica o psicología de carácter laico y financiamiento estatal, como el resto de las instituciones gubernamentales; cuyo propósito final es la reincersión del individuo en la sociedad.

Para ejemplicifar el funcionamiento de este enfoque presento a continuación un ejemplo de México y otro de España

Enfoques Cívicos

Basados en el concepto de adicción como una enfermedad "progresiva y mortal", que "no respeta sexo, edad, ni condición social", la mayoría de enfoques cívicos se fundamentan en el modelo de Alcohólicos Anónimos trasladado a otros psicoactivos. En este modelo, la persona "enferma de adicción", ha de tratar su enfermedad tal como la medicina ortodoxa trata al resto de las enfermedades, como una fuerza externa que irrumpe en la vida de una persona convirtiéndola, contra su voluntad, en un enfermo. Aunque tal como enla medicina escolástica, se acepta que hay una marcada propensión a adquirir la enfermedad en función de factores de tipo ambiental y génetico, así como problemas familiares y personales.

En este modelo, el alcohol o las drogas en cuestión son consideradas como algo que atrapa al usuario y se adueña de su voluntad, dejándolo en la impotencia. El adicto debe recurrir entonces a un poder superior que le ayude a recuperarse. Ese poder es Dios, "como sea que uno lo entienda".

Si bien no hay una tendencia religiosa en particular, la espiritualidad es vista como la única salida de las garras de la adicción. Y en esto estriba la principal diferencia de los enfoques cívicos con los tratamientos institucionales, además de que su financiamiento proviene de donativos privados y de las mismas personas que acuden a solicitar ayuda.

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